Memoria del Proyecto Cartagena puerto de culturas Sevilla puerto de Indias Hermanamiento Sevilla – Cartagena
Todos esperábamos con impaciencia la llegada de nuestros amigos cartageneros, después de seis meses de la última vez que nos vimos. Antes de este último intercambio tuvimos dos viajes que trabajamos por mucho tiempo y con muchas ganas. Nos lo pasamos también estupendamente y además aprendimos muchísimas cosas tanto de Cartagena como de nuestra misma ciudad Sevilla, que no conocíamos.
Sabíamos que este era el último intercambio, y aunque nos apenaba estábamos contentos de volverlos a ver. El domingo 3 de abril, estuvimos esperando por la tarde su llegada al lado del Parque de los Perdigones, hasta que por fin vimos llegar su autobús y verlos bajar a todos. En pocos segundos todo se lleno de muchos abrazos y besos con mucho cariño y añoranza. Después, unos se fueron a sus casas para soltar las maletas e instalarse, pero otros se quedaron dando alguna vueltecita por la ciudad.
A la mañana siguiente, 4 de abril, cuando todos llegamos al Instituto, entramos en el salón de actos para la bienvenida, ya que como era domingo cuando llegaron, no pudimos tenerla oficialmente. En esa bienvenida nos hablaron un poco de lo que haríamos durante esos días en Sevilla. Nos repartieron unos folletos para informarnos de las actividades que íbamos a realizar en el Instituto y el itinerario de los sitios que íbamos a visitar.
Después de la bienvenida, subimos al aula de Biología, en la que nos iban a enseñar algunos objetos que teníamos en nuestro Instituto que forman parte de un museo. A todos nos pareció muy interesante ver esos objetos y además animales que había por allí y todo. Fue muy interesante. A continuación del aula de Biología, nos fuimos a la de Física, en la que un profesor del Centro nos enseñó algunos experimentos sobre la electricidad, muy interesantes también, que nos dejaron muy sorprendidos a todos. Cuando terminamos en el aula de Física nos fuimos a la Biblioteca en la que nos explicaron que allí había libros muy antiguos, de cientos de años. Eso fue igual de sorprendente para los cartageneros como para los propios sevillanos alumnos del centro que nunca habíamos visto esos libros.
Cuando acabaron de enseñarnos todas las cosas así más importantes de nuestro instituto nos llevaron al patio un rato antes de salir del centro para ir a almorzar.
Mientras íbamos de camino al restaurante, nos parábamos en algunos sitios para verlos, como el Ayuntamiento, el Archivo de Indias o el Palacio de San Telmo.
Después de la comida, que por cierto estuvo muy buena, nos llevaron al barrio Santa Cruz, en el que íbamos a realizar una Gymkana Matemática, que por cierto, fue mi grupo el que ganó. Estuvo muy divertida, y a la vez que competíamos con los demás y resolvíamos las matemáticas, conocíamos también el barrio de Santa Cruz.
Cuando acabó la Gymkana Matemática, ya las profesoras nos dejaron tiempo libre para que nos fuéramos por nuestra cuenta a la Alameda todos juntos y lo pasamos en grande hasta que nos fuimos cada uno a su casa con su respectivo/a cartagenero/a.
El martes 5 de abril, visitamos el Puerto de Sevilla, en el que un guía nos habló acerca de cómo era el río antiguamente y lo que se hizo para poder controlar el nivel de las aguas y posibilitar la entrada de los barcos al puerto. Después nos puso un video sobre la evolución de todas las obras.
Cuando el video acabó, nos llevaron a la esclusa, en la que nos dieron para que nos pusiéramos un casco y un chaleco reflectante. Llegamos a la esclusa y tuvimos la suerte de que en ese mismo momento iba a pasar un barco por allí y pudimos ver en la realidad como lo hacían para que pudiera pasar.
Primero un grupo subió arriba para poder verlo desde allí mientras que otros se quedaron abajo, pero después subieron ellos y los que estuvimos arriba nos bajamos para ver salir el barco de la esclusa hacia el puerto.
Salimos del Puerto a la hora de comer, fuimos a un restaurante cerca del Parque de los Perdigones, que a partir de ahora ese restaurante será para nosotros el restaurante de los huevos.
Acabamos de comer y nos fuimos en dirección a la Torre de los Perdigones, pero algunos nos adelantamos y nos tendimos en el césped del parque y cuando los demás llegaron se tendieron también porque estábamos todos muy cansados. Pero la profesora en seguida se dirigió a nosotros y nos levantó porque ya era la hora de subir a la torre, en la cual al final no pudimos ver la cámara oscura porque estaba el cielo muy nublado pero algunos subimos a ver Sevilla desde lo más alto de la torre.
En nuestro tiempo libre, es decir por la tarde ya noche, salimos todos juntos a cenar y a dar una vuelta por Sevilla, pero acabamos todos en el río.
Al día siguiente, 6 de abril, todos llegamos al Instituto con nuestras maletas, ya que ese día nos íbamos todos a Cartagena. Después del desayuno en la cafetería, fuimos al salón de actos para la despedida de Sevilla y después de la despedida nos fuimos todos a coger el autobús que nos llevaría a Cartagena.
El camino se hizo intenso, la mayoría acabamos dormidos a la media o a la hora de empezar el viaje. Hasta que por fin llegamos a nuestro destino, Cartagena.
Ya ese día, no hicimos nada educativo, sino que cada uno nos fuimos a nuestras respectivas casas de acogida, para ducharnos y arreglarnos y salir con los amigos. Fue una muy buena noche, todos juntos, divirtiéndonos, haciéndonos fotos, etc.
El día 7 de abril, recorrimos la Calle Mayor y algunos de nuestros compañeros cartageneros nos explicaron algunos de los sitios más importantes. Cuando acabamos de verla, fuimos al puerto para dar una vuelta en un barquito y pudimos ver barcos militares y muchos sitios de allí muy bonitos.
Nos bajamos del barco y nos fuimos a almorzar a la Universidad a un bufet libre. Cuando acabamos de almorzar, nos dieron un poco de tiempo libre hasta que llegara la hora de entrar al Ayuntamiento, en el que nos estaba esperando la Concejala. Dio un pequeño discurso y a continuación de ella hablaron nuestros respectivos profesores que nos acompañaron. Al final del acto nos dieron una bolsa con regalos.
Cuando salimos del Ayuntamiento cogimos un autobús que nos llevó al Instituto, porque allí seria la despedida del Proyecto, ya definitivamente. Aunque nos quedaban dos días más, decidieron hacer ese día la despedida porque al día siguiente iríamos a la playa y estaríamos muy cansados para ello.
Terminó el acto y cada uno nos fuimos a casa a ducharnos y vestirnos para salir. Esa noche cenamos todos juntos en un kebab y después nos volvimos a ir a dar una vuelta por Los Dolores.
Al día siguiente, 8 de abril, nos llevaron a las minas, nos explicaron cómo trabajaban antes allí, y nos hicieron una representación sonora de una explosión.
Cuando salimos de allí nos tomamos el desayuno y después cogimos el tren de vuelta para coger el autobús y que nos llevaran al centro de Cartagena. Visitamos otra casa en la que nos explicaron el cante de las minas y después nos fuimos a comer a un restaurante en el que nos lo pasamos muy bien, incluso comiendo. Unos se lo comían todo, otras no queríamos comer y un compañero de Cartagena nos obligaba metiéndonos la comida en la boca, dándonos de comer.
Salimos del restaurante y estuvimos una media hora jugando fuera con una pelota a 1x2. Cuando los profesores salieron del restaurante nos condujeron al autobús que nos llevaría a la playa, La Cortina. Algunos nos dimos un baño, otros no quisieron. Después del baño, para secarnos para poder montarnos en el autobús, empezamos a jugar otra vez a 1x2 con la pelota.
A la vuelta de la playa, nos fuimos a un polideportivo donde unos jugaron al futbol mientras que otros nos hacíamos fotos y después nos fuimos a ducharnos y vestirnos para poder disfrutar, aunque un poco cansados, de nuestra última noche juntos en Cartagena.
Ya por la mañana del último día, quedamos todos en la Estación de Autobuses para despedirnos y volver a Sevilla.
Hubo muchas lágrimas y abrazos de despedida, todos estábamos muy tristes, no queríamos irnos, queríamos estar todos juntos todo el tiempo, pero como se suele decir, todo lo bueno se acaba, y así fue.
Nos volvimos a abrazar todos antes de subir al autobús, y ya dentro todos con las manos hacíamos corazones, tal como llevábamos haciendo todo el viaje.
Cuando el autobús ya salió rumbo a Sevilla, todos empezamos a llorar, no nos lo podíamos creer, ya los echábamos mucho de menos. Pero como muy buenos amigos que seguimos siendo, nos volveremos a ver en muchas más ocasiones, porque esta amistad que todos hemos cogido, será para siempre.
Ha sido una experiencia impresionante, alegre, divertida, vamos no hay palabras para describirla. Y como no es de extrañar, por supuesto que repetiríamos otro proyecto, una y mil veces más.
Reyes Pérez Díaz
4º ESO-A