Puerto de Sevilla Siglo XVI

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Puerto de Sevilla Siglo XVI

miércoles, 22 de junio de 2011

Memoria Jesús

Memoria del Proyecto Cartagena puerto de culturas Sevilla puerto de Indias

Todo comenzó como un proyecto, una excursión de las que significaban perder clase, y eso nos gustaba, pero más tarde, dejó de ser una simple excursión, para convertirse en una de las pocas veces que podremos estar con nuestros compañeros, con nuestros amigos. Empezamos a contactar con nuestros compañeros por redes sociales como Tuenti o por el Messenger. Es gracioso porque al principio pensábamos que iban a ser unos “canis” o “ farrus”, como los llaman ellos. Pero no fue así y descubrimos lo buenas personas que son, y lo cariñoso de ese acento, del que a partir de hoy, todos tenemos un pedacito en nuestra forma de hablar.
El proyecto se realizó en varias partes. Primero fuimos a Cartagena en autobús, y estuvimos allí durante cuatro días. Recuerdo los nervios del principio, aunque estábamos un poco dormidos desde que salimos de la Barqueta. El viaje se nos hizo muy largo, pero lo amenizábamos escuchando música, jugando a las cartas, haciendo el tonto un rato, etc. Pero al fin llegamos, aunque no había nadie todavía, y una vez que llegaron todo comenzó. Visitamos numerosos lugares de los que no teníamos conciencia de que existieran. Monumentos, el Puerto, el Castillo de los Pavos, el del Pajarito, todo ello amenizado por unas breves y amenas explicaciones, que te dejaban como si llevaras dos días despierto. Fuimos a la playa, un grupo de insensatos se metieron en el agua a pesar de estar gélida, y yo, por supuesto, no iba a ser menos, y les acompañé. Luego me arrepentí, estuve moqueando toda la tarde. Lo mejor fueron las placitas y lo peor la despedida, porque sabíamos que dejábamos allí grandes amigos que a partir de ese momento, serían parte de nuestro corazón, vida, memoria, o como lo quieras llamar.
En la segunda “etapa”, por llamarlo así, nos visitaron unos curiosos individuos, cuyas caras nos eran familiares de algo, y ya no teníamos la idea de ¡qué bien, una excursión!, sino de ¡toma, ya están aquí los “falis”!. Fue un emotivo reencuentro, con recepción incluida, tras la cual, salimos corriendo para disfrutar cada gotita de tiempo al máximo. Nuestra amistad seguía fraguando segundo a segundo, milésima a milésima. A la mañana siguiente anduvimos por la Cartuja y por el Jardín Americano, también hicimos un recorrido turístico, pero esta vez por el centro de la ciudad y por zonas cercanas al río como la Catedral, el Alcázar o la Torre del Oro. Esa noche por supuesto, también fue memorable y agitada. Nadie quería que llegara el día siguiente, pero llegó, y empezaron a asomar lágrimas de amistad a nuestros balcones soñolientos. Se fueron y esa cálida vivencia desapareció.
La tercera y última fase, del Proyecto claro, porque por supuesto nos volveremos a ver “sí o sí”. Si las anteriores estancias fueron cálidas, ésta alcanzó la temperatura del núcleo de la tierra. Estábamos nerviosísimos en la Barqueta esperando, y cada autobús suponía un pequeño infarto. Todos los ocupantes se nos semejaban a nuestros cartageneros, tanto los autobuses llenos de ancianos como los que estaban vacíos. Al fin llegó el suyo, y al bajar solo recuerdo abrazos, besos y alegría. Obviamente nos fuimos rápidamente de fiesta, y se evidenció el regreso de “les voleurs”. Visitamos otros rincones de Sevilla al día siguiente, e hicimos una gymkana matemática, los mejores, Shu_Oliver_&_Shu_Benji_versión_Jimkana, a pesar de lo que digan los resultados, que para eso no hinchamos a correr por Santa Cruz.
Al día siguiente también visitamos diversos lugares, pero solo recuerdo que esa noche soñé con los huevos fritos del Asador de Burgos. Fue exagerado, descomunal, épico, colosal, troll face, abusivo. Lo mejor de esta fase es que la despedida tuvo que esperar a que fuéramos a Cartagena, porque nos fuimos con nuestros compañericos a esa región. ¿Qué decir de aquella noche? No hace falta.
Al día siguiente dimos una clase magistral de cómo hacer una buena “mosca” con “el hombre que miraba fijamente a la pizarra”. Nos cambió la vida. Nos fuimos a visitar más lugares y nos montamos en un barquito muy romántico del que tengo muy buenos recuerdos. Por la noche surgieron algo más que amistades, nos divertimos como niños en la placita de las canchas de baloncesto. Al día siguiente fuimos a la deseada playa, donde nos bañamos, y jugaron al voleibol porque yo no tenía ganas. Et la nuit, la nuit était très formidable! Era la misma plaza pero qué más daba, si estábamos juntos no nos podíamos aburrir nunca. Aquella noche era la última y no quería dormir, lo intenté escuchando música, pero no sirvió para nada. Por la mañana terminé la maleta y nos fuimos a la estación, dichosa estación, aún así conservo un buen recuerdo de aquel lugar.
Acababa, el Proyecto estaba acabando, y como no fuera por nuestra cuenta no nos íbamos a ver más. Pero nos volveremos a ver. Surgieron todas las emociones contenidas, todas las experiencias, los abrazos, los besos, los apretones de mano… todo. La vuelta se nos hizo eterna, y ahora todos continuamos con nuestras vidas, pero siempre con ese recuerdo presente, y esas vivencias que reviviremos tarde o temprano.
He intentado vaciar mi cabeza de todos los pensamientos y experiencias y plasmarlos aquí. Lo siento si he ofendido a alguien con mis toques de humor, pero se me hace muy amargo recordar todos estos momentos vividos y no poder abrazaros. Os queremos, os quiero, ¡saludos de los sevillanos!
Hemos aprendido muchas cosas de nuestra ciudad que no conocíamos y también de Cartagena. Esperamos que se sigan organizando más proyectos de este tipo.
También quiero dar gracias a todos los que han hecho posible este magnífico proyecto, y en especial a los profesores y a las familias por tener que aguantar a estos sevillanos. Muchas gracias.
Jesús García Gómez
4º-B

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